(por Manuel Vargas)
La vecina abrió la puerta y le solté la retahíla. Al fondo, un brazo peludo emergía del sofá, enarbolando un cigarro.
En la televisión, Gordillo corría por la banda con las medias bajadas. María, no compres mierdas, dijo el brazo. María esbozó una sonrisa de circunstancias, pagó un cupón y me deseó buen viaje a Mallorca. Luego cerró la puerta, que quedó sellada por un sonoro eructo y un gol de Hugo Sánchez.